jueves, 28 de febrero de 2013

MI EXPERIENCIA CON LA EXPRESIÓN CORPORAL



Mi experiencia con la expresión corporal empezó de pequeñita, no recuerdo exactamente si fue a los cinco o seis años cuando empecé a ir a clases de teatro. Éramos un grupo, de entre doce y quince niños y niñas de cinco y seis años, que realizábamos todo tipo de actividades, bailábamos, jugábamos, hacíamos relajación, ensayábamos para los play-backs de navidad y verano…era una actividad entretenida y que nos servía para ser creativos, mostrar nuestros sentimientos, desarrollar más nuestra imaginación, etc.
He estado en el grupo de teatro desde los cinco o seis años hasta los diecinueve años, durante este tiempo hemos realizado infinidad de obras y de actuaciones musicales, que entre todo lo mencionado anteriormente, nos han servido también para perder la vergüenza y valorarnos más a nosotros mismos.

A parte del grupo de teatro, durante la etapa de educación primaria no recuerdo ningún tipo de expresión corporal en las clases de educación física, ya que se centraban más en que aprendiésemos a hacer volteretas, hiciésemos pruebas de atletismo o jugásemos a fútbol, entre otras cosas. Durante mi etapa en la E.S.O. recuerdo algunas actividades de improvisación, algún pequeño teatro y algunos bailes que le proponíamos los alumnos al profesor de educación física, pero más o menos pasaba lo mismo que en primaria, se preocupaban más por temas de coordinación, juegos colectivos o habilidades individuales.

Tras esos años en educación primaria y la E.S.O. que mi relación con la expresión corporal vino dada gracias a mi actividad extraescolar de teatro, pasé a bachiller y la profesora de educación física que me tocó es de las pocas que he visto y conocido que se implique tanto en la expresión corporal, no dejaba de lado los demás apartados de la educación física, pero sí incluía los conceptos necesarios de la expresión corporal. Realizábamos bailes improvisados, coreografías que ensayábamos en 15 minutos, improvisaciones, actividades de relajación, mímica, y además tuvimos que hacer un musical para final de curso. Es decir, en cuanto a la educación física se refiere, este fue mi primer contacto real con la expresión corporal, exceptuando mi actividad extraescolar.

Tras el bachiller, mi siguiente contacto con la expresión corporal fue en el TAFAD, donde las clases de expresión corporal que di eran similares a las que estamos dando este año, improvisaciones teatrales y musicales, bailes guiados, relajación, hacíamos ejercicios con los ojos tapados, utilizábamos materiales para expresarnos, hacíamos mímica, etc. Esta asignatura del TAFAD fue una de las que más disfrute porque mientras estás realizando cualquier actividad te evades del mundo y sólo te centras en lo que estás haciendo olvidando durante esos instantes todo lo demás, sensaciones que espero retomar en estas clases.

En la carrera, únicamente he tenido contacto con la expresión corporal este año. La verdad he de reconocer que hemos empezado la asignatura a lo grande, ya que lo del hall creo que salió bastante bien para ser la primera actividad del grupo y realizarla en tan poco tiempo, y además,  fue una experiencia increíble y que estaría bien repetir con algo más complejo.

MARTA NAVALÓN GONZÁLEZ

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